La deuda se refiere a la cantidad de dinero que una persona, empresa o entidad gubernamental debe a un prestamista o acreedor. Este concepto es fundamental en las finanzas, ya que implica una obligación legal de devolver el monto prestado, generalmente junto con intereses, en un plazo específico. La deuda puede tomar diversas formas, incluyendo préstamos personales, hipotecas, tarjetas de crédito, bonos y otros instrumentos financieros.

La deuda puede ser útil, ya que permite a las personas y organizaciones financiar proyectos, adquirir bienes o hacer inversiones sin tener que pagar el costo total de inmediato. Sin embargo, también conlleva riesgos, ya que el incumplimiento de los pagos puede resultar en cargos adicionales, afectaciones al historial crediticio e incluso la pérdida de activos (en el caso de deudas garantizadas).

Las deudas se dividen en deuda a corto plazo (que debe pagarse dentro de un año) y deuda a largo plazo (que se extiende más allá de un año). Además, pueden ser garantizadas, donde se ofrece un activo como colateral, o no garantizadas, que dependen únicamente de la promesa del deudor de pagar.

La gestión adecuada de la deuda es crucial para la salud financiera. Esto implica entender los términos del préstamo, planificar los pagos y asegurarse de que la deuda no supere la capacidad de pago. Una carga de deuda elevada puede limitar las opciones financieras y afectar la capacidad de inversión futura.