Un acreedor es una persona, empresa o institución que tiene el derecho legal de exigir el pago de una deuda por parte de un deudor. En términos simples, el acreedor es quien ha proporcionado bienes, servicios o dinero a crédito, y está a la espera de que el deudor cumpla con su obligación de pago en el tiempo acordado. Los acreedores pueden ser bancos, empresas, proveedores de servicios o incluso individuos. Dependiendo de la naturaleza de la deuda, los acreedores pueden clasificarse como acreedores garantizados o acreedores no garantizados.

Los acreedores garantizados tienen un derecho preferente sobre ciertos activos del deudor en caso de que este no pueda pagar su deuda. Por ejemplo, en una hipoteca, el banco es un acreedor garantizado porque tiene el derecho de recuperar la propiedad si el prestatario no cumple con los pagos. En cambio, los **acreedores no garantizados** no tienen un activo específico como respaldo, por lo que, en caso de quiebra, deben esperar que los activos restantes del deudor cubran su deuda, lo que conlleva más riesgo.

El papel de los acreedores es fundamental en la economía, ya que permiten a individuos y empresas acceder a financiamiento para crecer, comprar bienes o invertir, facilitando así el flujo de capital en los mercados. Los términos del crédito, como la tasa de interés, el plazo de pago y las consecuencias del impago, se establecen de antemano en un contrato entre el acreedor y el deudor. En caso de incumplimiento por parte del deudor, el acreedor tiene el derecho de emprender acciones legales para recuperar el dinero prestado.